La fecha fue establecida por las 400 organizaciones miembros del
PAN (pesticida Action Network) en 60 países, en recuerdo de las miles de
personas fallecidas y que quedaron con secuelas en India en 1984 tras la fuga
de bophal, un químico utilizado para la fabricación de un plaguicida de la
Corporación Unión Carbide.
Con este recordatorio se persigue ayudar a minimizar los riesgos
de los productos agroquímicos sobre la salud humana y su impacto en el medio
ambiente, mediante la demanda pública a reducir el uso indiscriminado de
plaguicidas en la agricultura. Algo que contamina suelo, aire, agua y
alimentos, desequilibra los ecosistemas y genera serios problemas en la salud.
¿Qué son los productos agroquímicos?
Son productos que contribuyen a que las plantas tengan un estado
saludable.
Al igual que los seres humanos, las plantas pueden sufrir trastornos y
enfermedades. Si les falta algún nutriente que no puedan sintetizar, los
vegetales sufren una carencia que se manifiesta por diversos síntomas, los
cuales cesan cuando se les aporta el nutriente en defecto. Pero también pueden
sufrir enfermedades, cuyo origen suele ser biológico y que normalmente afectan
a una extensión de cultivo (las plagas). Las plagas son el equivalente a las
epidemias que se dan en el reino animal y sus consecuencias pueden ser
nefastas.
Al igual que nosotros tomamos medicinas para curarnos, las plantas se
tratan con productos plaguicidas que atacan a los agentes causantes de la
enfermedad. Y al igual que nos vacunamos para prevenir enfermedades, las
plantas se pueden tratar con productos fitosanitarios para evitar el ataque de
patógenos. En el caso de las materias primas alimentarias se estima que sin el
empleo de productos agroquímicos las pérdidas en algunas cosechas podrían
alcanzar hasta el 40 por ciento. Eso sí, los productos han de ser inocuos para
los humanos y deben aplicarse con dosis y frecuencias apropiadas. Es importante
tener en cuenta que estos agroquímicos, aun cuando pueden ayudar a controlar
las plagas, también pueden tener efectos nocivos sobre el medio ambiente y
sobre la salud de las personas.
La mayoría de los agroquímicos son tóxicos y, en algunos casos, pueden
ser letales para el ser humano cuando se ingieren, inhalan o tocan. El
principal peligro radica en que la mayor parte del agroquímico que se fumiga va
más allá del sector que se pretende fumigar debido a que, por el viento y otros
factores, terminan llegando a distintos lugares. De este modo, los agroquímicos
pueden contaminar el agua que utilizan las personas.
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